La medicina es una forma de saber y la materia de este saber son los conflictos y desórdenes internos en relación con el mundo exterior.
La prehistoria de todos los pueblos está ilustrada por la existencia de aquellos magos, hechiceros o brujos que sabía tanto entablillar un hueso roto como pronunciar los exorcismos que alejaban los malos espíritus. Es curioso como desde la prehistoria, la fórmula que aún hoy damos: “curar algunas veces, aliviar casi siempre y consolar siempre” es válida tanto para aquellos ignorantes hechiceros de las tribus prehistóricas como para los eficaces médicos de nuestros días.
Y es que tanto unos como otros, han sido siempre el rostro amigo que se ve siempre junto a cada chispa humana, cuando esta refulge brevemente entre dos eternidades.
Otra forma de hacer medicina, un servicio para toda su familia.